lunes, 28 de enero de 2008

Un problema Celestial





Dios, meditabundo y contrariado, no dejaba de pensar; sabia que no debía fallar. Pero su perfección y sabiduría no le era suficiente. El objetivo que pretendía alcanzar se escapaba a sus capacidades y esto lo traía de cabeza. Afrontar una empresa de tal magnitud y fracasar pondría en entredicho un prestigio labrado desde el albor de los tiempos.

Lo peor de todo era su equipo de colaboradores - pensaba -. A San Juan lo tenia con artrosis en la mano de tanto escribir los evangelios. Algo parecido le pasaba a San Marcos. San Mateo no hacia otra cosa que comer pipas. Lo peor era lo de San Lucas, que no paraba de despedirse de la gente. San Pedro, con una barba que le daba tres vueltas a la garita que guardaba las puertas del cielo y con panza cervecera, tampoco estaba para estos trotes. ¿Y si llamo a Judas Iscariote? La llevamos guapa, menudas “fiestas” me organiza el tío; ni harto de vino. Vaya pandilla de inútiles.

Necesito a alguien especial, -reflexionaba Dios en silencio-. Una persona que sepa del tema, que se lleve bien con todo el mundo, que no le falte el ánimo y siempre vaya de buen rollo. Alguien siempre alegre, optimista, amigo de sus amigos, con la vitalidad suficiente para movilizar al personal e implicarlo en actividades festivaleras y divertidas donde todo el mundo salga contento. En definitiva, una buena persona (y no es que no lo sean los que están aquí). Bajaré a la Tierra y me traeré a alguien que reuna esos requisitos. A cambio, a su familia no le faltará la ayuda divina para salir adelante, aunque tengo que confesar que soy un poco tramposillo porque creo que saldré ganando porque me llevaré al mejor. La 1º Vuelta al Universo por etapas debe ser un éxito y no puedo fracasar.

Y lo eligió a él.

Así era Pedro Luís. Pocas personas tendrán una ceremonia de arrojo de cenizas tan bonita como la suya. Espero haberte animado, Belén.

Un abrazo para ti y Alba

Fran Pintado

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